Thursday, August 13, 2009

SANTA MARGARITA DE LOS HUMILDES

Hincada frete a su altar de cuatro santos y con las lagrimas bañandole el rostro rezaba Margarita…
-Caridad del Cobre…perdóneme madre… son mentiritas piadosas
-San Lazarito… compréndame padre…ellos me necesitan
-San Judas Tadeo..Hacedor de lo imposible… se que me entenderás y me bendecirás
-Jesús…dueño de mi alma y de mi corazón… déme fuerzas para llevar a cabo esta misión que usted ha puesto en mi vida y que yo recibo y llevo a cabo con amor…
Secándose las lagrimas de emoción y apagando el fósforo con el cual había prendido las velas de aquel improvisado pero bien pensado altar, Margarita seguía su rutina diaria, quien la viera salir de aquella casona preciosa diría “Que suerte”… quien no la conociera bien podría pensar… “Que bien le va!”… nadie podía imaginar que Margarita y Maria la pordiosera mas antigua de la ciudad eran la misma persona…
Mientras entraba al aquel barrio pobre tan alejado de donde vivía a Margarita le nacían las ganas de vivir, y pensaba que su vida si tenia sentido y que su misión en esta vida se estaba cumpliendo… aquella barriada pobre pero alegre la recibía con alegría…
-Maria…buenos días… aquí tiene una manzanita para que desayune… decía con nobleza Don Juan el dueño del mercado… pero esa es para usted cómasela ya se que todo lo guarda para sus angelitos… le daré mas para ellos…
-Gracias Juan… siendo así!...me encantan las manzanas!... gracias!...
-Nada mujer… en un ratito le envío una caja de manzanas para donde usted sabe…
El agradecimiento en los ojos de la mujer fueron suficiente para Juan que se volvio silbando….
-Maria!...Maria!... buenos días Maria!....
Ahh como le encantaba a Maria la voz angelical de Diana, una pequeña invidente que siempre la esperaba en la misma esquina… Maria siempre la abrazaba con el mismo cariño…
-Mi niña siempre sabes cuando estoy cerca…te quiero mucho…vamos
Levándosela de la mano Maria dirigía sus pasos hacia el parque donde se armo un alboroto cuando la vieron llegar… todos los niños corrían hacia ella como si fuera su tabla de salvación…
-Mis niños queridos… saben… anoche me fui a pedir por las calles de la ciudad y reuní suficiente para comprarle libretas y lápices para todos!... el lunes empezaremos la escuelita de la que hablamos… la única riqueza que tenemos nosotros los pobres es la riqueza de las la letras y los números… aahhh pero el dinerito también alcanzo para comprar una pelota para cada uno…. Y la semana que viene… dulces… muchos dulces…La algarabía formada por los pequeños se sentía en las cuatro esquinas de aquel barrio humilde pero lleno de amor…. Tanto amor como en el corazón de Margarita, que prefería sacrificar su vida de lujos a cambio del amor de un grupo de chiquillos a los cuales la pobreza no les permitía todas esas cosas que los niños de su barrio subestimaban a diario… desde hacia mucho tiempo Margarita entendió que su misión en la vida era alegrar y ayudar estos corazoncitos cada vez que pudiera… Ella se sabia incomprendida por muchos que no entendían que su verdadera felicidad estaba en dar…no en recibir…
Pasaron los años…también las generaciones… y un día en una de las fiestas patronales el alcalde de aquel barrio que había mejorado notablemente después que una desconocida al morir les dejo millones de dólares para repartir entre ellos y para las mejoras necesarias de la vecindad…hizo un anuncio…
-A partir de hoy nuestro barrio se llamara “Santa Margarita de los humildes” el nombre del ser humano mas noble que he conocido en toda mi vida… mi maestra… nuestra maestra…
Todos los oyentes se pusieron de pie aplaudiendo la decisión de aquel hombre de bien, todos conocían a Margarita…todos la amaban… incluyendo a Diana aquella cieguita que ahora tenia dos hijos y que era abrazada por su esposo el hijo de Juan el dueño del mercado también discípulo de aquella entrañable mujer… Todos con lágrimas de emoción dijeron al unísono…
Margarita de los humildes…Por siempre Santa Margarita estará en nuestro corazones…

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