Thursday, August 13, 2009

IRENE... LA OTRA CARA DE LA LUNA

Tu paciencia sin limites siempre llamo mi atención, te miraba todos los días allí sentada en aquel sillón tejías y tejías en distintos tonos de azul, para ese ser que llevabas en tu abultado vientre, ya a punto de dar a luz...
No se me olvida que tu bata preferida también era azul, con una Luna preciosa, que caía justamente encima de tu vientre...recuerdo muy bien todas aquellas noches en las que te preguntaba por que llorabas, y que sobandote la pancita, tu respuesta sin variar era la misma...
“Es que yo soy la otra cara de la Luna”...
Yo, todavía una niña, no me quedaba conforme con la respuesta, y sin que tu lo supieras, conocía de todos aquellos horribles problemas que tenias con mi padre, pero entendía perfectamente que no querías hablar del asunto porque te dolia mucho y callada me quedaba a tu lado ayudándote con las madejas de hilo azul, y escuchando aquel disco de Gardel que tanto te gustaba y que ponías con el volumen bajo para no molestar a nadie, lo que hacia que le diera un tono nostálgico a aquella habitación en donde las dos cada tarde teníamos una cita entre madre e hija...
Paso el tiempo... cambiaron muchas cosas, y un día cualquiera cuando compartiamos una de nuestras tardes y sin un motivo especial, me dijiste así...
“Gracias.... por todas aquellas tardes en las que me acompañabas cuando me envolvía el sufrimiento y la depresión, se que todavía existe en ti, esa pregunta que nunca hiciste...
Sabes por que en aquel momento yo era la otra cara de La Luna?....
Porque la Luna, significa amor, belleza, alegría, romance, idilio y muchas cosas preciosas... Exactamente todo lo contrario de lo que yo tenia.
Gracias hija, gracias por estar ahí, y ayudarme a vivir en una de las etapas mas difíciles para mi... Toda la vida le he pedido a Dios que tu nunca seas la otra cara de la Luna”....
Y así con los ojos humedos quedamos las dos, yo tejiendo con madejas rosadas, tú ayudándome feliz, pero esta vez con una gran diferencia, tu sonreias y sobre mi abultado vientre había un sol dibujado, porque aunque tú lo desconoces, desde aquel tiempo en que sufrías tanto, desdibuje la Luna de mi corazón...

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